En distintas ocasiones encontrarás diferentes alternativas para bajar de peso, unas de éstas serán, sin duda, más eficaces que otras; sin embargo, y más allá de su eficacia, debes pensar en una alternativa que no llegue a causar perjuicios en tu cuerpo y en tus actividades diarias.
En esta ocasión te presentaremos la dieta del agua, una de las más acertadas en el proceso de adelgazar, para la que necesitarás ser muy cuidadoso.
¿Por qué el agua?
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Igualmente, este líquido de la vida resulta muy eficiente en cuanto a la disminución de la cantidad de grasas que se almacenan en el cuerpo.
El agua es precisa para la eliminación de las toxinas de tu cuerpo y para lubricar tus articulaciones.
Por otra parte, debes ser muy consciente de tu bienestar pues, si tu consumo de agua es ínfimo, esto hará que el trabajo de tu hígado deba aumentar y que sea en éste en el que recaiga todo el peso de lo que se supone deberían hacer tus riñones.
Debes tener en cuenta que, sucediendo lo comentado anteriormente, el hígado se vería fuertemente afectado, y de manera negativa, en el proceso de quemar grasas.
Beneficios de tomar agua para bajar de peso
Primero que todo y antes de empezar a hablar de la dieta del agua, te mostraremos algunos beneficios de tomar agua para bajar de peso:
Si tomas una buena cantidad de agua al día (8 vasos como cantidad estándar), tu apetito disminuirá considerablemente y podrás llegar al peso ideal.
Bebe un vaso de agua antes de cada comida; de esta manera podrás crear una sensación de saciedad, la misma con la que no necesitarás comer demasiado para sentirte satisfecho.
Puede parecer raro, pero poco a poco empezarás a perder peso, por un lado porque la cantidad de comida ahora disminuirá y por otro lado debido al efecto de quemador de grasas que tiene el agua.
Para seguir con la tarea de eliminar esos «kilitos de más», ayudándote con la dieta de agua, debes empezar por hacer pequeños esfuerzos, entre ellos cambiar las gaseosas, las sodas y los líquidos artificiales o dulces por vasos de agua.
Sabrás, entonces, que una gaseosa contiene una gran cantidad de calorías; considera, por ejemplo una de 590 ml, que dará a tu cuerpo un total de 250 calorías. Si reduces el consumo de gaseosas, reducirás en un doble o un triple el índice de calorías.
Como muchas veces suele confundirse la sensación de sed con la de hambre, debes prestar mucha atención a esta situación. Te recomendamos que si sientes hambre en horas extrañas, en las que se supone que no deberías tener esta sensación, tomes agua.
Así, después de un rato y si ya no tienes ansiedad, sabrás si funcionó o no el consumo de agua. Si percibes que la sensación continúa, intenta comiendo una fruta, una alternativa poco calórica y muy saludable.
Tips para iniciar la dieta del agua
Te presentaremos la famosa dieta del agua que causará en ti una reducción de peso y de centímetros, así como una estabilidad que notarás con el tiempo. ¿Estás lista?
Cuando despiertes. Teniendo en cuenta que después de dormir has perdido agua, a causa de la respiración y la transpiración, es muy posible que te levantes con muchísima sensación de sed, por lo tanto, empieza tomando un vaso (grande) de agua, a lo que añadirás una rodajita de limón para agregarle sabor.
En el momento del desayuno. Puedes tomar una taza de té de hierbas o un vaso de agua antes de salir de casa.
Te recomendamos tomar el té de hierbas para que el agua, siendo sólo agua, no vaya a afectarte en un primer momento, pues tu cuerpo no está acostumbrado.
En las medias mañanas. Para este importante momento de tu mañana, puedes tomar un jugo de frutas (sandía, melón o naranja). Además, puedes tomarte un vaso de agua y agregarle, si lo deseas, zumo de aloe, que dará un efecto calmante a tu sistema digestivo.
En el almuerzo. En este momento importante de tu día, te sugerimos tomar una sopa de vegetales, poco grasosa. También puedes tomar un vaso de agua o un té de hierbas antes de consumir la sopa.
A la media tarde o refrigerio. Bebe un vaso de agua y consume algunas verduras frescas, ricas y crujientes, así como zanahorias o tomate.
Antes de cenar. Es recomendable que antes de la cena bebas un vaso de agua, al que puedes agregarle un poquito del zumo de tu fruta favorita, para que le des sabor al ocaso de tu día.
Al cenar. Puedes comer un picadillo de frutas y tomar un vaso de agua.
Después de cenar. Bebe un vaso de agua antes de acostarte.
Consejo: Puedes repetir la dieta del agua durante una semana. Si así lo haces, te aconsejamos que cambies lo que comes al almuerzo.
Un día puedes comer un sándwich de atún (en agua) con lechuga y tomate; otro día puedes tener como almuerzo dos papas grandes cocinadas con un poco de sal; al día siguiente, podrías comer una ensalada de tomate y lechuga con un poco de sal y limón, en un plato sopero; otro día, podrás consumir una porción de arroz; en otro de los días puedes comer una ensalada de frutas, que contenga melón, manzana y papaya.
También en las cenas podrías variar, comiendo tostadas (3) integrales o implementando alguna ensalada o sopa de verduras.
En este punto es importante que si varías de comidas siempre recuerdes tomar un vaso de agua para acompañarlas y consumir una cantidad moderada de éstas.
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En cuanto a ésta, intenta tomar solamente la cantidad que te recomendamos en cada paso de la dieta del agua y, de ser necesario, sólo un vaso más.
No es conveniente que te “llenes” de agua, todo a su límite. Por otra parte, si sientes que la dieta puede afectarte, reconsidérala.
Sé, por experiencia propia, que el agua no es el mejor amigo de todas, de hecho muchas ni siquiera nos gusta consumirla, sin embargo te invito a que cambies tus hábitos, a que siente la frescura y la trasparencia del agua y aprende a dejarla fluir por tu cuerpo, por tu piel y por tu aparato digestivo, con el tiempo te acostumbrarás y aprenderás a convivir con ella y lo mejor disfrutarás más de un baso de agua que de una gaseosa.
¿Cuál es tu relación con el agua? ¿Prefieres las gaseosas o cada día incluyes en tu s bebidas más agua que bebidas artificiales?
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